Cómo hacer una buena felación

¿Cómo satisfacer a un hombre?

Sin duda el sexo oral es una de las prácticas sexuales que más placer proporciona al hombre pero no, si se practica de cualquier manera.

¿Cómo hacer una buena felación?

Las felaciones hay que empezarlas con tranquilidad, el peor enemigo siempre son las prisas. El sexo está inventado para disfrutar. Hay que acariciar el pene con cariño, con ternura, como si fuese un peluche. Luego, una vez que has conseguido ponerle el pene bien duro al chico, tienes que empezar a besarlo, siempre con suavidad y poco a poco lo tendrás que ir recubriendo con saliva. Una vez que te metes el pene en la boca hay que acariciarlo con la lengua, con la parte interna de los mofletes, pasártelo por la cara, por el pecho… en definitiva, sentirlo y disfrutar de él. Cuanto más ensalibado mayor es el disfrute, que el chico tenga una sensación parecida a como si la estuviera metiendo en un melón… La felación tiene que ir subiendo de intensidad pero nunca con brusquedad. Una vez que te metas el pene en la boca y empieces a chuparlo de forma continuada, nunca olvides que tus mejores amigas son las manos… con una puedes agarrarlo e ir acompañando los movimientos que haces con la boca y con la otra puedes acariciarle los testículos y la zona anal. Lo más importante es que disfrutes y que el chico sienta que estás disfrutando mientras le practicas la felación. Es bueno que simultanees y que de vez en cuando le chupes también los testículos y juegues con ellos… Una vez que sientas que el chico se va a correr, nos encanta que se aumente la intensidad de la felación. Si no te da asco, que no tiene porqué pero os ocurre a menudo, a los chicos siempre nos proporciona un gran placer corrernos en la boca de la chica, llámalo morbo, llámalo como quieras pero es así. Si no te gusta eso, acompaña el final de la felación con una masturbación manual intensa. No todos los chicos se dejan pero en el momento del orgamo, el ano se dilata, si deseas ponerle la guinda a tu mamada, prueba a introducirle un dedo, eso sí, sin dejar de chupársela.