Historia del Templo del Placer: 13
Tenían ganas de hacerse el amor como se hace las primeras veces; impacientes, nerviosos, cerrando los ojos para que no se les escapara nada… Se podía hasta tocar la pasión. El sonido de su respiración era cada vez más frecuente, los cuerpos ardían en deseo. Juntos iban a conocer el verdadero significado del placer. Querían hacerse el amor en la cama, en el suelo, de espaldas, sobre la mesa, contra la pared. Aquí y allí. Dejaron que sus cuerpos se movieran al ritmo del placer, abandonando sus mentes al olvido, para vibrar de lujuria irreverente. Decidieron aceptar todo lo que viniera del otro: dulce, tierno, agresivo o indecente…
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