Historia del Templo del Placer: 4
Él era compañero de su marido pero ella no aguantó más y en un momento en el que se encontraba sola se acercó y le susurró al oído: ”Compartamos un secreto que sea sólo nuestro. Que nos haga inolvidables el uno para el otro. No se lo contaremos a nadie y lo guardaremos siempre para ti y para mí. Un secreto que nos haga cómplices eternamente”. Y es que hay cosas que es mejor hacerlas realidad una noche que soñarlas toda una vida. Le dejó una nota donde escribió una dirección y una hora. Todo para que lo suyo no fuera un cuento y se convirtiera en una historia.
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